Es un poco cruel hablar del trasero de Reese Witherspoon después de haber tenido en primera plana el de Vanessa Hudgens, pero no podemos evitar enseñaros las fotos en las que la actriz rubia nos enseña el culete en bikini. Es culpa de ellas, que nos provocan mucho dándonos continuamente las espaldas.
Aunque no sea comparable (amén de que una tiene 23 años y la otra 35), Reese no se puede quejar para nada de parte trasera. Eso sí, hay que aclarar que tener un buen trasero no implica que se tenga un buen cuerpo… ni mucho menos. La foto queda bonita así, en primer plano del pompis. Pero vista de perfil, Reese pierde un poco.
Ahí se le nota ya la celulitis y la tripilla poco plana que tiene (algo que hace que gane muchos puntos por la naturalidad que desprende y lo mujer real que se nota que es). No es que la llamemos para nada gorda (Dios nos libre, preferimos a las mujeres así antes que en los huesos como está Rosie), pero sí que se le nota el flotadorcillo saliente debajo del ombligo.
El bikini azul y la camiseta roja parece que le pone de un humor más serio. Pero cuando se pone el bañador azul con pronunciado escote ya la cosa cambia. Lo que sí que no se quita es la gorra de la cabeza. Será que el mar le deja los pelos tan feos que prefiere taparse la cabellera antes de sufrir duras críticas por lo seco o pajiza que tiene la melena.
Gracias a estas fotos, la próxima vez que veamos a Reese en la gran pantalla, podemos ponernos en su piel e imaginarnos haciendo lo mismo que hace ella, ya que demuestran que es una mujer igual que todas, con sus defectillos, su piel de naranja, las lorzillas flácidas y los pelos revueltos. Aún así, irradia simpatía, como siempre.
Eso sí, al menos este día tuvo la gentileza de ponerse las gafas de sol, porque no sé yo si estamos preparados para ver de nuevo, tan pronto, su cara ausente de maquillaje, que de tan lavada da bastante susto.
Fotografía | www.egotastic.com
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